miércoles, 29 de febrero de 2012

51 UMPA

 
Rara vez era el Maestro tan elecuente
como cuando prevenía contra el hechizo de las palabras:

"¡Cuidado con las palabras!", solía decir.
"En cuanto te descuidas,
adquieren vida propia: te deslumbran, te hipnotizan,
te aterrorizan...,
te hacen perder de vista la realidad que representan
y te hacen creer que son reales.

El mundo que vemos no es el Reino que ven los niños,
sino un mundo fragmentado,
roto en mil pedazos por la palabra...
Es como si viéramos cada una de las olas
como algo distinto e independiente del conjunto del océano.

Cuando se silencian palabras y pensamientos,
el Universo -real, entero y uno-
se muestra en todo su esplendor,
y las palabras son lo que deben ser:
la partitura, no la música;
el menú, no la comida;
el poste indicador, no el final del viaje".

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