pronunciaba una conferencia en el monasterio.
"El arte", decía, "se encuentra en los museos,
pero la belleza se halla por doquier:
en el aire, en la tierra, en todas partes,
a disposición de todos...
y sin nombre de ninguna clase".
El Maestro solía decirles: "Las mejores cosas de la vida no pueden lograrse por la fuerza". "Puedes obligar a comer, pero no puedes obligar a sentir hambre; puedes obligar a alguien a acostarse, pero no puedes obligar a dormir; puedes obligar a que te elogien, pero no puedes obligar a sentir admiración; puedes obligar a que te cuenten un secreto, pero no puedes obligar a inspirar confianza; puedes obligar a que te sirvan, pero no puedes obligar a que te amen.
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