jueves, 15 de marzo de 2012

125 UMPA.


Un discípulo sentía tal veneración por el Maestro
que le miraba como si fuera el mismo Dios encarnado.

"Dime, oh Maestro", le dijo en cierta ocasión,
"¿por qué viniste a este mundo?"

"Para enseñar a los necios como tú
a que dejen de malgastar su tiempo
en rendir culto a los Maestros",
fue su respuesta.

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