Cuando le preguntaron si nunca
se había sentido desanimado por el escaso fruto
que sus esfuerzos parecían producir,
el Maestro contó la historia de un caracol
que emprendió la ascensión a un cerezo
en un desapacible día de finales de primavera.
Al verlo, unos gorriones que se hallaban en un árbol cercano
estallaron en carcajadas.
Y uno de ellos le dijo:
"¡Oye, tú, pedazo de estúpido!,
¿no sabes que no hay cerezas en esta época del año?"
El caracol, sin detenerse, replicó:
"No importa.
Ya las habrá cuando llegue arriba".
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