lunes, 5 de marzo de 2012

81 UMPA.

 
"¿Por qué... por qué... por qué...?",
preguntó el discípulo cuando,
para su sorpresa,
el Maestro le insistió en que abandonara
el monasterio en el acto,
apenas veinticuatro horas después
de haber ingresado en el mismo.

"Porque no necesitas un Maestro.
Yo puedo mostrarte el camino,
pero sólo tú puedes recorrerlo.
Yo puedo indicar dónde está el agua,
pero sólo tú puedes beberla.
¿Por qué malgastas aquí tu tiempo
mirándome bobaliconamente?
Ya conoces el camino. ¡Camina!
Ya sabes dónde está el agua. ¡Bebe!

No hay comentarios:

Publicar un comentario