martes, 3 de abril de 2012

183 UMPA.

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El Maestro tenía una opinión muy definida sobre
la planificación familiar, y a quienes afirmaban
que el número de hijos era un problema
que afectaba sólo a los padres o, a lo más,
asunto interno de un país, les contaba la siguiente parábola:

Érase un país donde se permitió que cada cual
fabricara sus propias bombas nucleares
(unas  bombas, eso sí, del tamaño de una granada,
pero lo bastante potentes como para destruir una ciudad entera).

Se produjo entonces un fuerte debate acerca del derecho
de los ciudadanos a poseer tales explosivos,
y se llegó a la siguiente solución de compromiso:
no se permitiría a nadie llevar una bomba nuclear
en público sin permiso; pero lo que la gente hiciera en su casa
era de su exclusiva incumbencia.

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