contaba a veces historias del inefable "mullah" Nasruddin:
Una noche, Nasruddin no paraba de dar vueltas en la cama.
"¿Qué te pasa?", le preguntó su mujer.
"¿Por qué no te duermes?"
Nasruddin le confesó que no tenía las siete monedas de plata que debía pagarle al día siguiente a su vecino Abdullah,
lo cual le preocupaba tanto que le impedía dormir.
Su mujer se levantó, se echó encima una bata,
salió a la calle y se puso a llamar a gritos a Abdullah, hasta que éste se asomó a la ventana, frotándose los ojos de sueño,
y preguntó: "¿Quién me llama? ¿Qué diablos ocurre?"
La mujer le dijo: "Sólo quiero que sepas que no vas a cobrar mañana tus siete monedas de plata, porque mi marido no las tiene".
Dicho lo cual, la mujer regresó a casa y le dijo a su marido:
"Duérmete, Masruddin. Ahora, que se preocupe Abdullah".
El Maestro concluyó:
"Si uno tiene que pagar, ¿por qué han de preocuparse todos?"
No hay comentarios:
Publicar un comentario