miércoles, 4 de abril de 2012

199 UMPA.

 
Para proteger sus sembrados, los agricultores
habían matado un número incontable de pájaros.
Al ver los cuerpos muertos de éstos esparcidos por todas partes, un discípulo evocó las palabras de Jesús:
-"Ni uno de esos pájaros cae en tierra sin consentimiento de vuestro Padre"-
y preguntó al Maestro si tales palabras tenían algún sentido.

"Claro que sí", dijo el Maestro;
"pero esas palabras sólo revelan toda su belleza interior si se ven sobre el trasfondo de esos pájaros que se reproducen por millones y luego son matados como moscas".

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