jueves, 26 de abril de 2012

243 UMPA.


Cuando le preguntaron por qué nunca discutía
con nadie, el Maestro contó la historia de un viejo
herrero, el cual le confió a un amigo que su padre,
herrero como él, siempre había querido que su hijo
siguiera su misma profesión, mientras que la madre
abrigaba la ilusión de que su hijo fuera dentista.
"¿Y quieres que te diga una cosa?: estoy encantado
de que mi padre se saliera con la suya, porque,
si hubiera sido dentista, me habría muerto de hambre.
Y puedo demostrártelo".

"¿Cómo?", preguntó el amigo.

"He estado en esta herrería durante treinta años,
y en todo ese tiempo ni una sola vez me ha pedido
nadie que le sacara una muela".

"Esta misma es -concluyó el Maestro- la lógica
que subyace en las discusiones.
Cuando ves algo con claridad,
ya no tienes necesidad de lógica alguna".

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