jueves, 10 de mayo de 2012

308 UMPA.


Cuando un discípulo manifestó su intención de hacerse predicador, el Maestro no quiso ni oír hablar de ello. Se limitó a decirle:
"Espera. Aún no estás preparado".

Pasó un año; luego dos años, cinco, diez...,
y el Maestro seguía en la misma actitud.

Un día, finalmente, el discípulo le dijo:
"¿No podría hacer algún pequeño bien, 
aunque todavía no esté preparado?"

Y el Maestro le respondió: 
"¿Qué eficacia tendría un cazador que se empeñara
en disparar antes de cargar el arma?"

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