jueves, 10 de mayo de 2012

309 UMPA.


Para explicar por qué el santo no es consciente de su santidad,
el Maestro refirió el caso de un amigo alcohólico que había jurado no volver a probar la bebida.

Un día sintió la punzada de la sed,
entró en un bar y pidió un refresco.
Y, mientras se lo preparaba el camarero,
susurró al oído de éste: 
"¿No podría añadir un poco de "Whisky sin que yo lo vea?"

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